sábado, 16 de marzo de 2013

Etapa 25 Toro – Zamora

Distancia: 34 kilómetros.
Señalización: correcta.
Estuvo lloviendo toda la noche. El desayuno, café con leche y una tostada con jamón y queso, nos animó a iniciar la marcha. Nos pusimos las capelinas y arrancamos hacia Villalazán. Caminamos junto al rio Duero durante bastantes kilómetros, hasta encontrar una carretera, nos ponemos los chalecos y seguimos 6 kilómetros por carretera lloviendo, hasta llegar a esta población, donde nos comemos una manzana y un café con leche bien caliente. Habíamos recorrido alrededor de 19 kms.
Salimos de la población y ha dejado de llover. Observamos parejas de cigüeñas en los campanarios de las Iglesias. Continuamos por asfalto hasta llegar a la población de Villaralbo, aquí hacemos una parada para comer, jamón y queso con pan de molde que nos habíamos traído de casa, con unas aceitunas y unas cervezas que tomamos en el Bar del pueblo con unos cafés.
Solo faltaban 4 kms hasta Zamora que recorrimos tranquilamente por un camino paralelo a la carretera, que nos indicaron los vecinos del pueblo.
La llegada a Zamora y cruzar el rio Duero es todo un espectáculo. Fuimos en busca del Albergue de Peregrinos situado en el casco histórico, declarado de Interés Turístico, muy cerca de la Plaza Mayor. El Albergue de reciente creación consta de tres plantas y está muy bien dotado de todos los servicios. Después del aseo, dimos una vuelta por la ciudad, para ir a cenar a la calle Herreros, donde hay muchos sitios para tapear. Es famosa su Semana Santa y sobre todo sobresale su conjunto de edificios románicos.
Antes de volver al Albergue tomamos un café en una de las muchas pastelerías del centro. A las 10 cerraban el Albergue y empezaba a hacer mucho frio así que nos fuimos a descansar y a preparar la mochila para la siguiente etapa.

















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